Señorita Salas:
No sin antes saludar a usted y los de su estirpe; aprovecho la misiva para pedir de la manera más humilde, si no le es demasiado atrevimiento, me informe si acaso ha considerado usted la propuesta (un tanto indecente) que le realicé hace apenas un par de semanas.
De antemano puedo asegurarle que ya sea el caso en que acepte o decline de manera definitiva la misma, esto no afectará la imagen y buen nombre que tiene ante mí su agraciada y respetada persona.
Así que pido de forma encarecida que tenga a bien regalarme la cortesía de su respuesta, ya que en estos momentos tiene secuestrados mis pensamientos y contenidas mis emociones, mismas que desean ser encausadas o bien liberadas por usted.
Acorde al pacto que tuvimos, no habrá por mi parte mas insistencia, una ó dos palabras vuestras bastarán para convencerme de que su decisión habrá sido la que mejor le ha dictado su conciencia.
Queda pendiente de su atención:
Manuel 3ro. de
Benítez y Monroy
P.D. Bueno, tenía que preguntar... ¿Porqué no hacerlo de una manera propia?